Lo que está pasando hoy con la pandemia, me lleva naturalmente a un pasaje del Shobogenzo Zuimonki, escrito en el siglo XIII, por Dogen. Dogen expresa magistralmente la fuerza con la que se dedica a la práctica de la meditación zen. Sin reservarse nada. El breve diálogo con su discípulo y sucesor, Ejo, ilumina la Vía sin principio ni final.

Ejo le pregunta:<<Entre las muchas prácticas que enseña el Buda, ¿a cuál de ellas deberíamos dedicarnos con más fervor?»

Dogen responde: <<La práctica de meditación zen es la transmisión más fiel, y aquella en la que los ancestros se han concentrado. La práctica de meditación zen es apropiada para todo el mundo, y puede ser realizada tanto por los que tienen muchas capacidades, como por los que tienen pocas capacidades.

<<Cuando yo estaba en China, y vivía con la Sangha de mi maestro Nyojo, sentí esta verdad. Y desde entonces he practicado meditación zen, día y noche. A veces, cuando hacía mucho frío o mucha calor, los otros monjes dejaban de sentarse en zazen, porque tenían miedo de ponerse enfermos. Pero en aquellos momentos, yo me decía a mí mismo: “Puedo caer enfermo y morir, pero seguiré haciendo zazen. ¿Por qué apegarse a este cuerpo? Si no estoy enfermo todavía, ¿por qué tengo que dejar la práctica? Además, si me muero por practicar zazen, eso estará de acuerdo con mi vocación. Habré tenido la suerte de practicar y morir en una Sangha, dirigida por el más gran maestro de China. Y si me muero, seré afortunado de ser despedido de este mundo por esta gran Sangha. Y si muero sentado en zazen, renaceré otra vez en una Sangha, como consecuencia de los lazos que ha creado mi práctica. Vivir mucho tiempo sin sentarme a practicar, no tiene ningún sentido para mí.

“Por otro lado, si dejo de practicar zazen, por miedo a ponerme enfermo y morir, podría pasar que en el viaje de vuelta al Japón, tuviera un accidente, o muriese ahogado, !y ello sería todavía más lamentable!”  Y con una resolución así practiqué meditación zen día y noche, sin descanso, y nunca me puse enfermo. Por eso os digo que os dediquéis solo a practicar meditación zen de corazón, y realizaréis todos el despertar. >>

Aasí es como Dogen animaba a todo el mundo a practicar. De la misma manera, los momentos difíciles que estamos pasando, no son un obstáculo, sino una oportunidad para ver cuál es la realidad de la vida que estamos viviendo. ¿Cuál es la realidad, más allá de las ilusiones que teníamos hace cuatro días, y que el viento de la impermanencia se ha llevado?

Ahora más que nunca, simplemente sentados en meditación zen, podemos comprender la realidad de nuestra existencia, y vivir en paz y ser felices, sea cuál sea la situación que se presente.

Lluís Nansen Salas

 

 

 

[1] Sangha: Comunitat de practicants budistes conduïda per un mestre.