Origen de la noche de difuntos
La noche de difuntos del 1 de noviembre, o más popularmente, la castañada, es una tradición muy arraigada en nuestro país. Parece que su origen es una celebración celta, vinculada a la estación del otoño y a la recolección de la fruta seca de los árboles antes del invierno, y especialmente dedicada a recordar y honrar a los antepasados. Los celtas creían que en esta fecha el velo entre el mundo de los vivos y el mundo de los espíritus es particularmente fino, lo que facilitaba la comunicación entre los dos mundos. Por este motivo, durante la noche de difuntos se realizaban rituales para honrar a los antepasados y buscar su guía y protección. Posteriormente, esta festividad se cristianizó y se fusionó con otras costumbres, pero el ritual de llevar a cabo una vigilia dedicada a los antepasados, sentados junto a un fuego, y comiendo castañas asadas y dulces de almendra, se ha mantenido.
La conciencia de la muerte
En otras culturas también se dedica un día o una noche al recuerdo de los difuntos. El dolor causado por la muerte de los seres queridos ha propiciado estas celebraciones. Tomar conciencia de la muerte, como lo hizo Buda en una de sus salidas del palacio, es una oportunidad para dejar de lado las banalidades y enfocarnos en lo que es verdaderamente importante: la cuestión de la vida y la muerte, la realidad efímera de nuestra existencia, la insustancialidad de este yo orgulloso. Precisamente, en las prácticas que enseña Buda, no faltan las meditaciones contemplativas sobre la realidad de la muerte. En lugar de creer que no pensar en la muerte nos hará más felices, tengamos en cuenta que distraernos con cualquier cosa para no pensar en ella solo nos engaña.
La realidad de la existencia
Darnos cuenta de la realidad de la vida y la muerte nos hace comprender la realidad de nuestra existencia tal como es. Esto nos permite saborear mucho más intensamente cada momento de nuestra vida. Cada momento que compartimos con los seres queridos, porque todos nosotros no tardaremos en convertirnos en un montón de polvo. Es por eso que sentarse en la noche de difuntos a meditar en silencio, para recordar a los seres queridos que hemos perdido y honrar a todos los difuntos sin distinción, nos permitirá comprender que entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos no hay separación.
31 de octubre NOCHE DE DIFUNTOS
19:30 a 20:30 Zazen habitual
21:00-00:30 Celebración noche de difuntos, zazen, ceremonia de difuntos y castañada.
La ceremonia de difuntos se dedica a todos los difuntos, pero durante el ritual se leerán los nombres que hayan sido comunicados por los miembros de la Sangha, en recuerdo de sus seres queridos difuntos. Actividad gratuita solo para socios activos de Zen Kannon. Es necesario reservar llenando el formulario.