¿Qué es el budismo?
El budismo es una tradición espiritual y filosófica que nació en la India hace más de 2.500 años, a partir de la experiencia y las enseñanzas de Siddhartha Gautama, conocido como el Buda. Más que una religión en sentido teísta, el budismo es un camino de transformación interior que nos invita a comprender la naturaleza del sufrimiento, liberarnos de nuestras ilusiones y cultivar la sabiduría y la compasión. Con el paso de los siglos, el budismo se ha extendido a muchos países y culturas, desarrollando diversas escuelas y formas de práctica. Las tres ramas principales son:

Theravāda: el camino de los ancianos
La palabra Theravāda significa “enseñanza de los ancianos”. Se considera la forma más antigua del budismo y se conserva principalmente en el sudeste asiático: Sri Lanka, Tailandia, Laos, Camboya y Birmania. La enseñanza del budismo Theravāda se centra en los textos del Canon Pali, especialmente en las palabras atribuidas directamente al Buda histórico. La práctica individual se enfoca en la meditación Vipassanā (atención y visión profunda) y en la ética personal. El modelo a seguir es el arhat, quien ha purificado su cuerpo y mente mediante el estudio y la práctica, y ha alcanzado el nirvana, la extinción del sufrimiento. El budismo Theravāda ofrece una vía sobria y directa hacia la comprensión de la realidad, basada en el estudio de los textos y una práctica estructurada y meditativa.
Budismo tibetano: mística y devoción
El budismo tibetano es una rama del Mahāyāna que se desarrolló en el Tíbet a partir del siglo VII, e incorpora elementos del budismo tántrico indio (Vajrayāna), la meditación y la cultura local tibetana. En el budismo Vajrayana es común el uso de mantras, mandalas y rituales tántricos para transformar la energía interior. Una de las primeras prácticas consiste en generar una gran devoción hacia el guru, es decir, los lamas o maestros espirituales. El estudio de las enseñanzas y la preparación moral ocupan un lugar primordial en la formación de sus practicantes.
En cuanto a las prácticas meditativas, esta tradición budista, destaca un largo proceso de preparación con visualizaciones simbólicas muy elaboradas. Uno de los modelos de vida es el bodhisattva, el ser capaz de renunciar al nirvana para ayudar a todos los seres a liberarse. El modelo de perfección espiritual es el siddha, el maestro realizado. El budismo tibetano se distingue por su riqueza iconográfica, su profundidad filosófica y su énfasis en la compasión activa.
Zen: la simplicidad radical
El Zen es una forma de budismo Mahayana que se desarrolló en China (como Chan) y se extendió a Japón, Corea y Vietnam. Su nombre deriva del término sánscrito dhyāna, que significa meditación. El zazen (meditación sentada) es el eje del estudio y la práctica del Zen. El samadhi (concentración serena) y la prajñā (sabiduría intuitiva) son las dos caras de una visión directa y profunda de la realidad de la existencia, que surge a través de zazen.
La enseñanza en el Zen es directa, a menudo mediante silencios, gestos o kōans (paradojas que rompen el pensamiento lógico). Practicar el Zen con un maestro y su sangha es la única manera de recibir las enseñanzas más profundas. El Zen pone énfasis en la experiencia directa de la realidad. Se cuestiona seriamente la posibilidad de realizarse únicamente a través de la lectura de escrituras o libros, convencido de que la práctica y el despertar son inseparables.
La integración de la práctica en la vida cotidiana se realiza a través de la atención plena.
La meditación zen no busca ningún estado especial de la mente, sino volver a la simplicidad natural del momento presente. Un modelo de vida es el bodhisattva, que aspira a despertar a todos los seres sensibles antes que a sí mismo. El modelo de perfección espiritual es el maestro realizado.
Todos los caminos, una sola dirección
A pesar de las diferencias de forma y cultura, las tres escuelas comparten la esencia del budismo: el camino de la transformación personal mediante la meditación, la ética y la sabiduría. El deseo de liberación y de despertar a la realidad tal como es. Ya sea a través de la contemplación silenciosa del Zen, la devoción del budismo tibetano o la claridad analítica del Theravāda, todas estas tradiciones ofrecen caminos valiosos para comprender quiénes somos realmente y cómo vivir con plenitud.
Nansen