La fábrica de ilusiones
La primera vez que visitamos el local de la Gran Vía de les Corts Catalanes, donde hemos instalado el templo zen, a principios de mayo, era un semisótano oscuro y medio desbaratado, con algunos carteles publicitarios de películas esparcidas por el suelo y colgados en las paredes. Durante la visita nos quedamos solos un momento…
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