Un antiguo buda dijo: Vivir cien años no se puede comparar con vivir durante un día la práctica constante del Despertar. Y Dogen dice: En el ciclo de nacimiento y muerte de millones de años, un día de práctica constante del Despertar es el antiguo espejo de todos los nacimientos y de todas las muertes. Un día de práctica constante del Despertar es gozo y maravilla. Aunque no estés seguro de ello, no desaproveches este día en cosas vanas. Este día es un tesoro raro de encontrar, no lo compares ni con la perla brillante de un dragón; una perla brillante se puede encontrar, una joya se puede comprar, pero este día perdido de cien años, cuando se ha perdido, ya no lo puedes recuperar. ¿Quién puede recuperar un día pasado? No hay en toda la historia nadie que lo haya hecho. No perder el tiempo en vano, es tirar con cuidado el paso del tiempo dentro de este saco de piel, sin dejar caer ni una sola gota. Una vez lo veas claro, no desperdicies ni un solo día. Practica de todo corazón, de día y de noche, en invierno y en verano. En un día lluvioso, siéntate debajo de un buen cobertizo; en un día soleado, siéntate al lado de una ventana luminosa. No es que los antiguos budas no tuvieran ocupaciones, ni responsabilidades, es que sabían dejarlas estar antes de sentarse a meditar. El verano se acaba, el sol y las nubes se alternan rápidamente. Se puede sentir no muy lejos el ruido de la calle, es el momento de emprender la práctica constante del Despertar.
Lluís Nansen