Dogen dice: “Si seguís la práctica constante de la Vía de los budas, no os preocupéis de si sóis un gran ermitaño o un modesto ermitaño, de si sóis muy brillantes, o poco. Simplemente abandonad el espíritu de provecho y fama para siempre, y no os dejéis limitar por los miles de condiciones físicas y mentales. No dejéis pasar el tiempo en vano. Barred el fuego que hay sobre vuestra cabeza. No busquéis la gran iluminación. La gran iluminación es el té y el arroz de la práctica diaria. No anheléis una iluminación futura, la iluminación futura es una joya oculta en vuestros cabellos.”
Si tenéis ocupaciones, dejadlas. Si tenéis compromisos, posponedlos. Si alguien os espera, avisadle. Si tenéis éxito, abandonadlo. Si no tenéis éxito, no lo queráis, lo tendréis que soltar igualmente.  Este es el único camino de la práctica constante. Abandonad el éxito mundano en esta vida, y practicad una sola cosa hasta el fondo, es la inagotable práctica constante de los budas. La práctica constante se sostiene con la práctica constante. Amad el cuerpo, la mente y el yo que se implican día a día en esta práctica constante.
Lluís Nansen