El maestro Sosan nos invita a la no dualidad con estos versos de su Shinjinmei, el poema de la mente de la fe.
“La via del zen no es difícil,
basta con no elegir ni rechazar.
Cuando dejamos de buscar o escapar,
se ilumina por sí misma.”
Si queremos conectar con la mente despierta de la via del zen, es suficiente con no quedar atrapados en la mente dualista, que constantemente elige y rechaza. Taisen Deshimaru decía que si no educamos nuestra mente, esta nunca se calma, y terminamos enfermándonos. “No tengo suerte, no soy feliz, debo encontrar trabajo, debo cultivar y proteger mi imagen, quiero una pareja que me haga feliz.” Las elecciones continuas hacen que nuestra vida se vuelva difícil y complicada. Debemos aprender a no estar siempre juzgando con nuestra conciencia personal, y esto es más fácil con la práctica de zazen.
La mente de la no dualidad
La dinámica de la práctica de zazen induce en la mente una manera de funcionar de no dualidad. Aceptamos todo lo que aparece en nuestra mente, tanto si es agradable como desagradable, tomamos conciencia y volvemos a enfocar la atención en la postura del cuerpo y en la respiración, y lo dejamos ir, tanto si era agradable como desagradable. Sin duda, esta es una manera de funcionar de la mente que contrasta claramente con la manera de funcionar ordinaria. Si aparece algo desagradable, lo rechazamos y lo evitamos, mientras que si aparece algo agradable, nos aferramos a ello. Por este motivo, la manera de funcionar ordinaria nos conduce hacia el apego y el sufrimiento existencial.
Ver la vacuidad desde la no dualidad
Esta dinámica de no dualidad de la práctica de zazen nos permite intuir la vacuidad de todas las cosas. En resumen, que las cosas son vacuidad significa que son insubstanciales, que no existen por sí mismas, sino por interdependencia con muchas otras cosas, que pueden hacerlas aparecer o desaparecer, y evidencian así su impermanencia. Es justamente a lo que nos conduce el seguir la dinámica de aceptar y dejar ir incondicionalmente todo lo que aparece en nuestra mente.
¿De qué sirve ver la vacuidad de las cosas?
Desde este enfoque no dualista, ver la vacuidad de las cosas y de nuestra existencia nos libera de las visiones egóticas cargadas de apego, que son las que generan el sufrimiento existencial. El estrés, la ansiedad, la depresión, el sentimiento de culpa, se basan en visiones que se aferran a una desproporcionada importancia de las cosas, a una substancialidad que propiamente no tienen. En definitiva, la experiencia de vacuidad nos libera de estas visiones y nos abre la conciencia a ver las cosas tal como son, libres de apego, libres de sufrimiento.
Nansen
Texto completo del Shinjinmei, del maestro Sosan en el libro: Dharma Zen, el ojo de la maravillosa revelación, ediciones invisibles.