tenzo

Dogen se fue a China en busca de un maestro que le ayudara a responder su pregunta sobre el Zen. Después de intentarlo sin éxito con diferentes maestros, se disponía a regresar a su país y ya estaba a punto de tomar el barco de regreso cuando llegó un viejo monje. Tenía aproximadamente sesenta años y subió a la nave para preguntar a los pasajeros si podía comprar setas de Japón. Este viejo monje era el tenzo, el cocinero de un monasterio, y había hecho un largo viaje para comprar los ingredientes de la comida del día siguiente para la comunidad de monjes. Dogen le pidió que se quedara a cenar para poder hablar con él sobre el Dharma. Pero el cocinero le dijo que no podía ser porque debía preparar la comida del día siguiente. Dogen insistió y le dijo: “Eres venerable en años. Para seguir la Vía, podrías dedicarte solo a la meditación o al estudio de las escrituras. Te esfuerzas mucho como cocinero, y todo lo que haces es trabajar. ¿Qué hay de bueno en eso?” Y el cocinero le respondió riendo: “Buen amigo, que vienes de un país extranjero, aún no entiendes qué significa la práctica de la Vía ni qué quieren decir las escrituras.” Dogen se sintió avergonzado y confuso, y le preguntó: “¿Y tú qué entiendes por la práctica de la Vía?” Y el cocinero respondió: “Si aún no lo entiendes, ven al monasterio de Nyojo y lo aprenderás. Ahora es tarde, debo regresar.” Dogen, impresionado, dejó el barco y se dirigió al monasterio de Nyojo, donde se quedó a estudiar.
Esta es una de las muchas historias sobre tenzos que todavía impresionan a los practicantes del zen occidentales hoy en día, y se pueden encontrar más en el Tenzo Kyokun, Instrucciones al cocinero, del maestro Dogen.

¿Qué es un tenzo?

El tenzo es el monje encargado de la cocina de un monasterio o templo zen. La palabra “tenzo” proviene del sánscrito “sthavira-tena”, que significa “mano firme” o “mano equilibrada”. El tenzo tiene una función esencial en la comunidad zen, es el responsable de preparar las comidas para los practicantes. Aunque la tarea del tenzo puede parecer ordinaria, en el zen se considera una práctica espiritual profunda y un acto de servicio sagrado. Preparar las comidas como tenzo es una oportunidad de practicar la atención plena, o mindfulness, en cada acción, desde la selección de ingredientes hasta la presentación final del plato. Es muy importante el espíritu que ponemos en la elaboración de los alimentos, porque consideramos que se está alimentando tanto el cuerpo como el espíritu de los practicantes. El tenzo también es responsable de garantizar que las comidas sean equilibradas, nutritivas y adecuadas para satisfacer las necesidades de la comunidad zen. Además de la tarea de cocinar, la función del tenzo en la cocina ofrece la oportunidad de cultivar la humildad, el desapego y la gratitud, y aprender a servir a los demás con compasión y generosidad.

El espíritu del tenzo

Alguien podría preguntarse cómo se puede entender el voto del bodhisattva de ayudar a despertar a los demás seres antes que a uno mismo, ya que es un voto que parece contradictorio. ¿Cómo podemos ayudar a los demás si no estamos despiertos? ¿Qué significa este “antes que a uno mismo”? ¿Cómo los puedo ayudar a despertar antes que a mí? Creo que esto no se puede entender verdaderamente hasta que no hemos estado en un equipo de cocina durante un retiro zen. Cuando nos damos cuenta de que hemos venido a buscar la paz y, en lugar de encontrarla, nos encontramos con las preocupaciones por elaborar los platos o con la decepción porque una olla se quema, la comida se pega o porque hemos hecho poco y la gente se queda con hambre, o porque hemos hecho en exceso y no sabemos qué hacer con los restos, o porque nos enfadamos con algún miembro del equipo porque no hace lo suficiente o hace demasiado, o porque no nos hace caso. Son tantas las cosas que pasan en una cocina… Sin mencionar que cuando nos sentamos en zazen, no podemos pensar en otra cosa que en los platos que hemos hecho y los que haremos. Así que en algún momento alguien puede pensar, ¿qué estoy haciendo aquí? Yo he venido al retiro para relajarme, meditar y encontrar la paz, y ahora estoy pasando nervios y miedo. Y aquí es donde podemos comprender completamente qué significa el voto de bodhisattva: sacrificar nuestra paz para dar paz a los demás, aceptar un sufrimiento para liberar el sufrimiento de los demás. De repente nos damos cuenta de que trabajar en la cocina durante un retiro es hacer realidad el voto de bodhisattva de ayudar a despertar a los demás antes que a uno mismo. Este es el espíritu del tenzo, y es con este espíritu que todos los que hacemos el trabajo voluntario en el retiro, realizamos nuestra práctica.

La transformación del karma.

Es por eso que recomiendo a todos los practicantes del retiro que participan en un equipo de servicio que esperen hasta el final para valorar la experiencia. Durante el retiro podemos pasar por momentos de crisis cuando aparecen dificultades, pero al final del retiro nos daremos cuenta de que, si hemos participado activamente en el samu, el trabajo para la comunidad, el retiro habrá tenido un efecto completamente transformador. Al menos, eso me pasó a mí. En un retiro en el que no me involucré y me dediqué a leer tranquilamente bajo un árbol en el tiempo libre, al terminar el retiro tuve la desagradable sensación de haber perdido el tiempo. Y en cambio, cuando en otros retiros participé en un equipo de cocina o en un trabajo intenso, la experiencia fue completamente transformadora, una experiencia catártica.
Si ya estáis determinados a dedicar unos días de vuestra vida a un retiro de práctica del zen, no lo malgastéis, id a por todas, sin miedo, sin reservas. Darse uno mismo por completo es lo más liberador que hay.

Lluís Nansen, Barcelona, 22 de julio de 2023