Joshu dijo: “Si no dejáis nunca el monasterio, y no habláis durante cinco o diez años, nadie os podrá llamar mudos. Ni tan siquiera los budas os podrán decir nada.”
Es de esta manera que Josshu expresaba la práctica constante. No dejar nunca el monasterio y no hablar durante cinco o diez años, lo entendemos como no abandonar nuestra práctica de sentarnos a meditar en silencio. Si continuamos nuestra práctica constante de meditar sentados en silencio, nadie nos podrá llamar mudos, porqué esta práctica expresa los innumerables versos del Dharma. No hablar es abandonar completamente el interminable diálogo interno, que se pierde en el bosque de zarzas de las palabras. Con este no hablar, no nos podrán llamar mudos. Ni tan siquiera los budas nos podrán decir nada, porqué este no hablar es el no hablar de la mente de buda. Es el yo mudo que no es mudo.
Dogen dijo: Implicáos tranquilamente en la práctica constante de no dejar nunca el monasterio. No os dejéis arrastrar por los vientos del este o del oeste. La brisa primaveral y la luna de otoño de cinco o diez años, llevan consigo, sin que lo sepamos, el anillo de la Vía del Despertar. Aprended a gozar de cada momento de práctica constante. No penséis que dejar de hablar es inútil. Entrar en el silencio es un monasterio, salir del silencio es un monasterio, la vía del pájaro es un monasterio, el universo entero es un monasterio.
Lluís Nansen