Nagarjuna en la plaza del mercado
El maestro Nagarjuna procedía del oeste de la Índia, y se dedicaba a enseñar por el sur de la Índia. Un día, Nagarjuna estaba enseñando el Dharma en la plaza de un pueblo, y una persona le preguntó: “Las mejores prácticas siempre son las que nos traen buena fortuna. ¿Qué beneficios tiene la práctica del Zen?”
Nagarjuna respondió: “Practicando el Zen podemos ver nuestra naturaleza de buda.”
La persona dijo:- ”Hablas de naturaleza de buda, pero nadie la puede ver.”
-Si quieres ver la naturaleza de buda, primero tienes que abandonar tu orgullo –replicó Nagarjuna
-¿Cómo es la naturaleza de buda, grande o pequeña? –le preguntó aquella persona.
-La naturaleza de buda no es ni grande, ni pequeña; no aporta beneficio, ni recompensa; no ha nacido nunca, y nunca morirá –respondió Nagarjuna.
Al comprender que la enseñanza de Nagarjuna era extraordinaria, en esta persona surigió la aspiración al despertar.
Entonces, dice la leyenda, Nagarjuna se sentó en zazen, y manifestó el cuerpo de la completa liberación en la forma de una luna llena. Los allí presentes podían oír su voz, pero no le veían.
Si quieres ver la naturaleza de buda, abandona tu orgullo
Entre los presentes, había el joven Kanadeva, que dijo : -Así es como el maestro, al manifestarla, nos muestra la forma de la naturaleza de Buda. El samadhi sin forma ha tomado la forma de una luna llena. La naturaleza de Buda es vasta, vacía y clara” – Cuando acabó de hablar, Nagarjuna reapareció en su asiento, y recitó este poema:
Este cuerpo manifiesta una luna llena,
que expresa los cuerpos de todos los budas,
enseña que no tiene ninguna forma particular,
y muestra que su revelación no tiene forma, ni sonido.
Nagarjuna dijo: “si quieres ver la naturaleza de buda, primero abandona tu orgullo”, abandona tu ego. Hay muchas formas de apegarse al ego. Hay muchas maneras de abandonar las formas de apegarse al ego. Cuando las abandonas, ves la naturaleza de buda.
“La naturaleza de buda no es ni grande, ni pequeña, no aporta beneficio, ni recompensa, no ha nacido nunca, y nunca morirá”. No ha nacido nunca, y nunca morirá. Sentados en zazen, experimentamos la aparición y desaparición de todos los fenómenos, una sensación de placer, una sensación de dolor, aparecen y desaparecen. Todo cambia muy rápidamente.
Zazen es la naturaleza de buda
Hace solo unas semanas, podíamos sentarnos juntos en la sala del templo, pero ahora hay una epidemia, y muchos no pueden estar ahí. Se conectan por facebook, hacen gassho, oyen los sonidos de los instrumentos, sabemos que están conectados, sentados como nosotros. Otros se conectan por zoom, los puedo ver sentados en zazen por las ventanitas del ordenador, están también sentados como nosotros, comparten el mismo momento, la misma experiencia. Nuestro mundo cambia muy rápidamente, pero zazen sigue siendo zazen. Zazen nos conecta con nuestra naturaleza de buda, que no nace, ni muere. Es la luna llena que expresa el cuerpo de todos los budas.
Lluís Nansen Salas