El retiro zen de Diciembre es un periodo de práctica que en japonés se llama Rohatsu . Tradicionalmente se ha caracterizado por una intensa meditación sentada y un silencio riguroso. El día 8 se conmemora el despertar de Buda, y la totalidad del retiro, largo y frío, emula el retiro de 6 días que hizo Buda bajo el árbol de la Bodi, antes de despertar con todos los seres. Este hecho le da un aire místico que hace que los meditadores lo apreciemos especialmente como uno de los mejores retiros del año. Este año no lo podemos hacer en Lluçà en reclusión y tendremos que descubrir una nueva forma de hacerlo, entre presencial y en conexión, como marcan los tiempos que estamos viviendo. Estamos seguros que el espíritu de Rohatsu superará estas limitaciones mundanas, nos acompañará hasta los pies del árbol de la Bodi, y que todos nos sentaremos en el trono de Buda, este cojín redondo y pequeño se ha convertido en nuestra ermita.
Al principio del retiro aparecen muchos pensamientos, pero después la mente se irá calmando. Poco a poco aumentará la concentración, se ampliará la consciencia, el dialogo interno disminuirá, los pensamientos aparecerán cada vez más distanciados entre sí, hasta que seamos capaces de percibir los espacios de no pensamiento que hay entre un pensamiento y otro.
Cuando hacemos meditaciones prolongadas, como el Rohatsu, se produce la experiencia que Dogen denomina abandonar cuerpo y mente. Cuerpo y mente abandonados significa olvidarse del yo. Cuando los pensamientos desaparecen, el pensador desaparece, porque pensamiento y pensador son dos caras de la misma realidad, son interdependientes, una no puede existir sin la otra.
Este samadhi sin yo es la mente unificada que experimentó el Buda cuando vio la estrella de la mañana y despertó con todos los seres. A medida que se estabiliza la concentración, la resonancia de estos periodos de samadhi, por breves que sean, llenen completamente nuestras vidas. La experiencia de olvidarse del yo es tan profunda, que hace que el samadhi se muestre en cada gesto, en cada movimiento, se muestra cuando andamos, cuando escuchamos, cuando miramos. Todo en nosotros expresa este gozoso samadhi.
Es lo que deseo para todos.

Lluís