Por Lluís Nansen Salas
Llegada de Taisen Deshimaru a Europa
Ahora se cumplen 50 años de la llegada de Taisen Deshimaru en Europa y muchos de los practicantes de zen de hoy no lo llegamos a conocer personalmente. Pero aunque no lo conociéramos personalmente, hemos podido leer sus libros, llenos de fuerza y determinación hacia la práctica de zazen. Hemos podido conocer la práctica de sus discípulos, a las sesshin, y los dojos que se han ido abriendo por todas partes.
El hecho de que no la hayamos conocido personalmente, no quita que no podamos sentir un profundo agradecimiento hacia él. Por todo lo que nos ha dado, sobre todo por su ejemplo, la determinación y el desprendimiento con que abandonó su vida en Japón para venir a Europa, sin nada más que su kesa y su cuenco, sin conocer la lengua, sin dinero. Sin más apoyo que el de unos amigos que le recibieron en una tienda de macrobiótica.
Agradecimiento a Deshimaru
Esta manera de dar todo sin miedo, sin reservas, sin cálculo, ni espíritu de recompensa, me ha despertado siempre una gran admiración. Una admiración sincera de querer ser como él. Y no me refiero a sus características personales, sino a ser como él en su fe en la práctica y en el Dharma, más allá de todo discernimiento. Y como, a pesar de no haberlo conocido, su fe todavía me inspira, al celebrar este cincuenta aniversario, no puedo sino expresar otra cosa que un profundo agradecimiento.
Un profundo agradecimiento por haber venido aquí, dejar su vida atrás, y llevarnos esta práctica que llena cada día de nuestra vida. Un profundo agradecimiento por haber creado esta gran Sangha, que es nuestro refugio. Un profundo agradecimiento por haber enseñado a los discípulos que se han convertido nuestros maestros. Por eso cuando me pregunto: ¿Cuál es el sentido de la venida de Taisen Deshimaru en Europa?, los ojos se me humedecen de emoción, lleno de gratitud. Y ya no quiero otra cosa que hacer zazen y compartirlo con los demás.
© Zen Kannon 50 Aniversario