En los blogs anteriores, iluminación universal, las estructuras de la consciencia, religiosidad o espiritualidad y transcender la razón, hablamos de la descripción que Jean Gebser y Ken Wilber hacen de la evolución espiritual por estadios: ancestral, mágico, mítico, y racional. A éstos les siguen los estadios de consciencia plural, y de consciencia integral. En esta evolución por estadios, el ser humano pasa de las etapas más egocéntricas, en la fase ancestral y mágica, a etapas etnocéntricas, en la fase mítica y racional, para llegar a visiones mundocéntricas, en la fase plural; y universales, en la fase integral. Los estadios van de más a menos egocéntrico, y de menos a más universal, y eso se corresponde con un desarrollo espiritual que transciende el ego. Damos por hecho que el desarrollo espiritual significa ir más allá del ego, para acogerse  a lo que haya más allá. Este más allá, en función de las creencias de cada uno, se puede llamar Dios, naturaleza de buda, naturaleza, vacuidad, la nada, lo inefable… Lo señalo porqué entre los buscadores espirituales, eso no está tan claro desde el principio, la mayoría buscan en la espiritualidad un estado de consciencia especial, adquirir poderes y habilidades mentales, la omnisciencia de saberlo todo, o cosas similares. Cuando les explicas que la espiritualidad consiste en transcender el yo, más que cualquier otra cosa, a menudo dejan de escucharte, o miran hacia otro lado. Afortunadamente, después de esta primera decepción, muchos también lo asumen y continúan, y eso ya supone en sí un cambio de estadio.

Lo que llamamos estadio racional del desarrollo espiritual, es una fase en la cual predomina la razón, para explicar una visión convencional del mundo, que todavía tiene un carácter marcadamente etnocéntrico. Implica la exclusión de determinados comportamientos minoritarios no convencionales, de manera que es una visión del mundo necesariamente limitada. El siguiente patrón de consciencia es el de la pluralidad, que se atribuye hoy a la cultura posmoderna. Ejemplos de movimientos que surgen de este patrón de consciencia plural son el ecologismo, el animalismo, el veganismo, los defensores de la diversidad de género, o de la diversidad de capacidades, entre otros, y que se manifiesta también en la apertura a las diferentes etnias y culturas del mundo. El patrón de consciencia plural vendría a expresar el hecho de que acoger a los demás es más importante que nuestras razones personales y étnicas.

En el Zen este patrón de consciencia plural es una manifestación de la compasión universal. El bodhisattva ayuda a todo los seres sin hacer ninguna distinción. Por esta razón el ecologismo y la defensa de los animales y los vegetales, forma parte del espíritu del bodhisattva, así como también el hecho de ayudar a todos los seres humanos, sin discriminar por capacidad, ni por género, ni clase, ni etnia, ni ideas. El bodhisattva les ayuda aunque no comparta con ellos sus ideas, aunque con la razón no pueda entender su comportamiento. Es algo maravilloso, que surge de la misma práctica de zazen. La aceptación de todos los pensamientos y emociones que nos surgen en la mente, aunque con la razón no podamos entender porqué han aparecido, nos hace transcender la razón de la manera más natural. No es que la razón no sea válida, es que hemos de dar más importancia al amor que a la razón. Muchas veces, por querer tener la razón, dañamos a los demás, y a nosotros mismos. Uno puede llegar a pensar: “tengo que decirlo porque tengo razón”, aunque ello nos haga perder a alguien a quien amamos. Antes de hablar, deberíamos darnos un instante, y sentir: ¿qué queremos más, a la persona que tenemos delante, o tener la razón en una discusión ilusoria? Eso nos evitará mucho sufrimiento. Es un ejemplo de lo que significa transcender la razón con la consciencia plural.

Lluís Nansen Salas