religions llengua

El acuerdo “Religions per la llengua” recoge el compromiso de las entidades y comunidades religiosas a favor del catalán y de su promoción social. El 12 de julio de 2022 se presentó el acuerdo “Religions per la llengua, un compromís de les entitats religioses a favor del català”. A partir de aquella fecha, son numerosas las entidades adheridas con compromisos diferentes que suponen cerca de 250 actuaciones a favor de la lengua propia de Catalunya y del Aran. Zen Kannon ha firmado el acuerdo y se compromete a seguir unas buenas prácticas para el uso de la lengua catalana, en los diferentes ámbitos de actuación a su alcance.

Por este motivo, ponemos en conocimiento de los practicantes que lo deseen la posibilidad de aprender o mejorar su catalán,  y recibir cursos de català del Consorci per a la Normalització Lingüística (CPNL).

El catalán, lengua de diálogo de las religiones

Cataluña ha sido, a lo largo de la historia, tierra de acogida y asentamiento de pobladores diversos, llegados aquí por múltiples circunstancias. Esta experiencia ha ido definiendo una manera catalana de incorporar esta diversidad. Para convertirse en catalán no es preciso una mutación de la identidad propia de cada persona. Esta integración solo demanda una voluntad de convivencia y de construcción de un futuro en común y un esfuerzo para que el catalán pueda ser la lengua vehicular de esta convivencia.

Cataluña es una nación con más de mil años de historia. El transcurso del tiempo ha ido configurando una identidad catalana que se manifiesta en muchos ámbitos (cultura, tradiciones, instituciones propias, derecho civil…). Pero esta identidad tiene un carácter abierto a la evolución es porosa a la incorporación de nuevos rasgos o elementos y está acostumbrada a integrar una importante diversidad interna sin diluirse.

Aquello que vertebra esta identidad catalana abierta, el núcleo de esta forma de ser y lo que confiere continuidad al hilo histórico de una comunidad, es la pervivencia del catalán, en cualquiera de sus variantes, como lengua de intercambio. El esfuerzo por la lengua común se concreta, en un primer momento, en entender el catalán oral y escrito y, progresivamente y en función de la edad y de otras circunstancias, en adquirir la competencia para expresarse de manera oral y escrita. Este dominio de la lengua favorece la participación en todos los ámbitos y acrecienta las oportunidades personales y profesionales.

Las tradiciones religiosas se han ido conformado a través de los elementos culturales y lingüísticos del lugar donde han nacido y donde se han ido enraizando, pero todas tienen, en mayor o menor medida, una vocación de universalidad. En este sentido, no deberían tener ningún impedimento para incorporar el catalán como lengua de uso cotidiano, que no significa exclusivo, y fortalecer de este modo la convivencia.

A pesar de que a lo largo de la historia ha habido momentos tristes de discordia o de violencia por motivos religiosos, en Cataluña tenemos una larga tradición de diálogo interreligioso. Podemos recordar la emblemática y pionera figura del mallorquín Ramon Llull, sabio y escritor en lengua catalana del siglo XIII, pero también podemos referirnos a la realidad actual con la existencia del Grupo de Trabajo Estable de las Religiones (GTER) o de una amplia y variada red de grupos de diálogo interreligioso en muchas poblaciones del país, animadas por la Asociación UNESCO para el Diálogo Interreligioso (AUDIR). El catalán puede ser y tiene que ser la lengua vehicular de este diálogo.

En el marco del Pacto Nacional por la Lengua, del plan de gobierno El catalán, lengua de país y del acuerdo Religiones por la lengua, impulsado por la Dirección General de Asuntos Religiosos, debemos hacer un llamamiento a continuar trabajando para incrementar el uso del catalán en las comunidades y entidades religiosas en Cataluña. Se impulsarán distintas medidas e iniciativas, como las parejas lingüísticas interreligiosas o la ayuda para disponer de versiones en catalán de los principales textos religiosos de les diversas tradiciones, así como de los documentos de referencia para las confesiones o para el diálogo interconfesional. Pero, al mismo tiempo, es imprescindible el compromiso y el esfuerzo de todos y de todas para avanzar juntos/juntas en este camino de progreso cultural y fortalecimiento de la convivencia a través del uso de la lengua catalana.

 

Carles Armengol Siscares
Director general de Asuntos Religiosos