Roland Yuno Rech, nacido en 1944, es un graduado del Instituto de Ciencias Políticas de París y posee un DESS en Psicología Clínica de la Universidad de París VII. Después de un viaje iniciatico en el lejano oriente, descubrió la práctica del zen en un templo cerca de Kyoto y decidió regresar a Francia para seguir las enseñanzas del Maestro Deshimaru, siendo su discípulo desde 1972 hasta 1982 (año en que falleció el Maestro Deshimaru).
Siguiendo sus consejos, retomó su carrera ejecutiva en la industria, lo que le permitió experimentar la práctica del zen en la vida diaria, económica y social. Tras el fallecimiento de Sensei, Roland se dedicó principalmente a la práctica y enseñanza del zen en el marco de la Asociación Zen Internacional, donde ejerció como presidente hasta 1994.
En el año 1984, Roland Yuno Rech, Stéphane Kosen Thibaut, y Etienne Mokusho Zeisler, todos ellos discipulos póximos de Taisen Deshimaru, reciben la transmisión del Dharma (Shiho) en la tradición soto zen de manos del Maestro Niwa Rempo Zenji, reconociendo así la misión de Taisen Deshimaru en Europa.
Actualmente enseña en el templo Gyo Butsu Ji en la ciudad de Niza, Francia. Donde imparte enseñanzas budistas para difundir el budismo zen aplicado a la vida cotidiana. Dirige sesshines en varios lugares de Europa organizadas por los dojos y grupos de la ABZE. En 2007 fundó La Asociación Budista Zen de Europa en la que se inscriben sus seguidores de toda Europa.
Roland Yuno Rech descubre el zazen en Antaiji
En 1971, Roland Yuno Rech dejó Europa buscando un camino que le diera sentido a su vida, ya que la política y la religión católica lo habían decepcionado. El cristianismo de su infancia le ofrecía solo creencias sin acceso directo a sus valores, y la política, corrompida por el ego y el poder, siempre fallaba en cumplir sus promesas. Al descubrir el zazen en Antaiji, su búsqueda de sentido desapareció, reemplazada por una confianza en el camino del zen.
«[Alguien] me proporcionó la dirección de una sesshin que se hacía en un templo cercano, y hacia allí fui. Un monje me inició en el zazen en dos minutos, me enseñó la postura y me explicó que debía dejar pasar los pensamientos. Gracias a sus consejos, practiqué durante una hora dentro del dojo, y eso fue suficiente para desencadenar en mí una verdadera revolución interior.» (Rech, 2000, p. 20)
«Después de esa práctica matutina, hubo el desayuno, y pedí continuar la sesshin. Me respondieron que no era posible porque ya no había lugar. Estaba tan decidido que les dije que, fuera como fuera, no me movería de allí y que dormiría allí mismo. Al cabo de un rato, el roshi terminó por preguntarme: ‘pero, ¿qué es lo que realmente quieres, estar aquí o practicar zazen?’ El lugar me importaba poco, lo que quería era seguir practicando. Entonces, el roshi me indicó que podía continuar mi práctica en otro templo. Me dio la dirección con una carta de recomendación para que fuera ese mismo día.» (Rech, 2000, p. 23)
Encuentro con Taisen Deshimaru
Aunque Roland Yuno Rech no planeaba seguir practicando en Japón, cuando escuchó sobre un maestro zen en París, Deshimaru, decidió ir a conocerlo. Tras un largo viaje, su primer encuentro fue en una sesión de práctica donde Deshimaru le corrigió la postura. Su primera experiencia con el zazen fue profunda, una sensación de plenitud en el presente. En cambio, su primer zazen con Deshimaru fue más sencillo y práctico, centrado en regresar a la normalidad del cuerpo y la mente, sin nada especial.
«Cuando descubrí la práctica del zazen en Antaiji, mi pregunta sobre el sentido de la vida desapareció, reemplazada por una confianza alegre en el Camino que se abría ante mí. No deseaba continuar practicando en un templo en Japón. Pero cuando supe que había un gran maestro zen en París, que era muy fuerte y muy divertido, decidí de inmediato ir a conocerlo.» (Rech, R. 2022)
Después de un interminable viaje en el Transiberiano, finalmente conocí al Maestro Deshimaru, quien dirigía la semana de práctica zen en Zinal. Mi primer contacto con él fue su rodilla en mi espalda y sus manos tirando de mis hombros hacia atrás para enderezar mi postura. (Rech, R. 2022)
Mi primer zazen en Antaiji me sumergió en un gran torbellino del que salí por el fondo, lo que fue la experiencia de un aquí y ahora donde no faltaba nada ni sobraba nada, salvo el riesgo de apegarme a ello. Mi primer zazen con Sensei fue más terrenal: un regreso a las condiciones normales del cuerpo y la mente, como él nos enseñaba continuamente: nada especial. (Rech, R. 2022)
Referencias
RECH, R., 2000. Monje zen en occidente : conversaciones con Romana y Bruno Solt. Lleida: Milenio. ISBN 8489790566.
RECH, R., 2022. «Pour les 40 ans de la mort de Maître Deshimaru à La Gendronnière«. abzen.eu