kesa zen costura sewing rakusu

Coser el kesa zen es una práctica que ayuda a las personas a mantenerse en el presente y a prestar atención. Al concentrarse en el movimiento constante de la aguja y el hilo, las personas pueden sentirse tranquilas y conscientes. Esto ayuda a que sus mentes se relajen y sus espíritus se conecten con el acto de crear. Esta forma cuidadosa de coser convierte la actividad en una experiencia espiritual. Cada puntada refleja cómo se siente una persona por dentro, lo que les ayuda a comprenderse a sí mismos y al arte de la costura de una manera más profunda.

El arte Zen de la costura de kesa

Coser el kesa en el Zen, especialmente en la tradición Soto Zen, es una práctica profundamente meditativa y espiritual. En realidad podemos considerarlo una forma de meditación. A menudo implica coser prendas ceremoniales, como el rakusu (una versión pequeña del kesa). Esta práctica de coser en el zen significa coser de acuerdo con el Dharma y se considera una forma de práctica zen en sí misma.

Cada puntada se hace con cuidado. Las personas trabajan en silencio, enfocándose y practicando la atención plena. En las comunidades zen, coser un kesa o un rakusu es un paso importante. Ayuda a una persona a prepararse para recibir enseñanzas y los preceptos. Mientras cosen, reflexionan sobre las lecciones y sus propios compromisos.

Coser refleja los principios zen como la paciencia, la atención y la dedicación. Coser un kesa (la túnica budista tradicional) es una práctica zen profunda, que normalmente se realiza con gran cuidado, atención plena y ritual. En el budismo zen, coser un kesa suele estar dirigido por un maestro o un practicante experimentado.

Pasos para coser un kesa

Elegir la tela para el kesa

Tradicionalmente, los kesas se cosían con telas desechadas, simbolizando la humildad. Los kesa modernos pueden usar telas nuevas, pero a menudo en colores simples y apagados. El kesa está hecho de muchas piezas de tela. Representa los campos de arroz en la India. Tradicionalmente, se utilizan cinco, siete o nueve bandas, aunque los kesas más grandes pueden tener más.

Corte de las piezas del kesa

La tela se corta en piezas rectangulares (con un patrón) que luegon se unen formando bandas. Las medidas para cada persona siguen proporciones tradicionales. Un kesa puede tener un número específico de bandas según la función que tenga el monje, o el propósito de la túnica.

Disposición y fijación de las bandas

Las piezas de tela se organizan cuidadosamente en bandas, siguiendo el diseño tradicional del kesa. Las piezas se disponen en columnas o bandas, y las bandas se cosen entre si. Las piezas se cosen juntas para formar las bandas. Luego, las bandas se unen para hacer el kesa completo. Las piezas se sujetan con alfileres para asegurarse de que cada pieza esté alineada correctamente antes de coser. Cada puntada se hace con cuidado, en una práctica silenciosa de atención plena.

Mindfulness de costura de kesa

El proceso de costura se realiza lentamente y con atención a cada puntada. Cada puntada representa un acto de atención plena y devoción.

En el Zen, coser con atención plena se considera parte de la práctica. Refleja concentración y estar presente en el momento.

Coser los bordes

Los bordes del kesa se cosen cuidadosamente alrededor del cuerpo formado por las bandas. Esto implica doblar la tela y hacer puntadas pequeñas y uniformes. El borde sirve para enmarcar y proteger el kesa. Esta parte del proceso requiere atención adicional, ya que asegura que el kesa tenga un acabado firme y duradero. Coser los bordes es un acto de finalización y atención al detalle, que también se realiza en un estado de atención plena y dedicación.

Toques finales

Después de completar el cuerpo principal del kesa, el practicante suele agregar una pieza para atarlo, las ataduras. Estos elementos finales se cosen cuidadosamente en su lugar. Una vez que el kesa está completamente cosido, se revisa para asegurarse de que todas las costuras estén firmes y el diseño esté equilibrado. Estos toques finales se realizan con la misma atención plena y dedicación que todo el proceso de costura, marcando la conclusión de esta práctica espiritual.

Aspectos espirituales y simbólicos de la costura del kesa

Coser un kesa no es solo una tarea manual, sino una práctica espiritual profunda. Cada puntada se realiza con atención plena, representando la conexión del practicante con las enseñanzas del Dharma. El kesa, hecho de múltiples piezas de tela, simboliza la interconexión de todas las cosas y la humildad, ya que tradicionalmente se confeccionaba con telas desechadas.

El proceso de costura del kesa también refleja los principios zen de paciencia, dedicación y estar presente en cada momento. Cada puntada es un acto de devoción y respeto hacia la tradición budista. Asimismo, la forma en que se organiza el kesa, imitando los campos de arroz, simboliza la vida en equilibrio y armonía con la naturaleza.

Coser un kesa, según la escuela soto, es tanto una expresión del propio camino espiritual como una forma de preparación para recibir las enseñanzas del Zen, conectando el acto de creación con la práctica espiritual diaria. El kesa es nuestro templo zen.

Practicar con un maestro zen

Coser un kesa bajo la guía de un maestro zen es una experiencia profundamente enriquecedora. El maestro no solo enseña las técnicas correctas para la costura, sino que también transmite la importancia espiritual y simbólica de cada paso en el proceso. Trabajar bajo la dirección de un maestro garantiza que el practicante mantenga una atención plena y un enfoque adecuado en cada puntada, fortaleciendo su práctica de meditación mientras cose.

Taisen Deshimaru decía: «Zazen es el Dharma del Buda, el kesa es el vestido de Buda, y ambos son una unidad.»

El maestro de costura zen también guía al estudiante en la actitud correcta para abordar la costura, fomentando la paciencia, la humildad y el respeto por la tradición. Esta interacción entre maestro y alumno profundiza el entendimiento del kesa como una herramienta de transformación personal y espiritual.