Mestre Eihei Dogen

El Maestro Zen Dogen (1200-1253) es una de las figuras más influyentes del budismo japonés, especialmente dentro de la escuela Sōtō del Zen. Es conocido por introducir y establecer la práctica del zazen (meditación sentada) y por escribir la profunda obra Shōbōgenzō, una colección de sus enseñanzas. La vida y las enseñanzas de Dogen han sentado las bases del budismo Sōtō Zen, poniendo énfasis en la experiencia directa, la meditación y la comprensión del tiempo, el ser y la naturaleza de Buda.

Primeros años (1200-1213)
Dogen nació en una familia noble en Kyoto, Japón, en el año 1200. Su padre, Koga Michichika, era un poderoso aristócrata, y su madre provenía de la familia Fujiwara, una de las más influyentes de Japón. A pesar de su noble linaje, Dogen experimentó la impermanencia de la vida a una edad muy temprana: su padre murió cuando tenía dos años, y su madre falleció cuando tenía solo siete años. Su muerte tuvo un profundo impacto en él, despertando en él un sentido de investigación existencial sobre la naturaleza del sufrimiento.

Vida monástica y búsqueda de la iluminación (1213-1227)
A los 13 años, Dogen se convirtió en un monje novicio en el monasterio Enryaku-ji, un centro de la escuela Tendai de budismo en el Monte Hiei. Allí se enfrentó a la pregunta central que impulsaría su viaje espiritual: «Si todos los seres poseen la naturaleza de Buda, ¿por qué es necesario practicar para realizarla?»

Insatisfecho con las respuestas proporcionadas por la tradición Tendai, Dogen dejó el Monte Hiei en busca de una comprensión más profunda. Estudió bajo la guía de Eisai, el monje que había introducido el Rinzai Zen en Japón, en el templo Kennin-ji en Kioto. El sucesor de Eisai, Myozen, se convirtió en el maestro de Dogen, y ambos practicaron juntos durante varios años. Todavía sin encontrar respuestas completas, Dogen acompañó a Myozen a China en 1223 para estudiar el Chán (Zen) directamente en su origen.

Estudio en China e iluminación (1223-1227)
En China, Dogen visitó varios monasterios, pero inicialmente quedó decepcionado con lo que consideraba una disciplina laxa entre algunos monjes Chán. Sin embargo, en 1225 conoció a Tiantong Rujing, abad del Monasterio Tiantong, un estricto practicante del Caodong Chán (precursor chino del Sōtō Zen). Bajo la guía de Rujing, Dogen experimentó un profundo despertar espiritual durante una sesión de meditación, que más tarde describió como «desprenderse del cuerpo y la mente» (身心脱落, shinjin datsuraku). Esta experiencia marcó su iluminación, proporcionándole una respuesta a la pregunta que lo había inquietado durante años.

Dogen pasó varios años con Rujing antes de regresar a Japón en 1227, trayendo consigo las enseñanzas del Caodong Chán.

Establecimiento del Zen en Japón (1227-1243)
Después de regresar a Japón, Dogen se instaló en el templo Kennin-ji, donde comenzó a enseñar lo que había aprendido en China. Escribió el Fukan Zazengi (Recomendación universal de zazen), que exponía la importancia del zazen y ofrecía instrucciones para su correcta práctica. Dogen enfatizaba que el zazen no es un medio para alcanzar la iluminación, sino que el zazen mismo es la iluminación.

En 1233, insatisfecho con la creciente influencia de la política y el sectarismo en Kennin-ji, Dogen se trasladó a un templo rural llamado Kosho-ji, cerca de Kyoto. Allí atrajo a muchos seguidores, promoviendo la práctica del shikantaza (simplemente sentarse), una forma de meditación sin ningún objeto o meta. Su enfoque era radicalmente diferente del de la escuela Rinzai, que enfatizaba los koans y las experiencias de iluminación durante la meditación. Dogen enseñaba que sentarse en zazen era en sí mismo la manifestación de la naturaleza de Buda.

Eihei-ji y el Shōbōgenzō (1243-1253)
En 1243, Dogen abandonó el área urbanizada y cada vez más influenciada por la política de Kyoto y se trasladó a las remotas montañas de la provincia de Echizen (actual prefectura de Fukui), donde fundó Eihei-ji, uno de los dos principales templos del Sōtō Zen, que aún hoy es un centro de formación del Zen.

Durante este período, Dogen escribió extensamente, produciendo su obra más famosa, Shōbōgenzō (El Tesoro del Ojo del Verdadero Dharma). El Shōbōgenzō es una colección de discursos y ensayos de Dogen sobre diversos aspectos de la práctica y la filosofía Zen. Es considerado uno de los textos más profundos del budismo Zen, abordando temas como la naturaleza del tiempo, el ser, la impermanencia y la relación entre la práctica y la iluminación.

Uno de los enseñanzas más famosas de Dogen en el Shōbōgenzō es el concepto de «uji», o ser-tiempo. Dogen enseña que el tiempo y el ser son inseparables, y que cada momento es una expresión completa de la existencia. En otras palabras, toda la existencia está contenida en cada momento, y el presente es todo lo que realmente existe. Esta enseñanza fue revolucionaria y sigue siendo un principio central del Sōtō Zen.

Últimos años y muerte (1253)
En 1252, Dogen enfermó, posiblemente con una enfermedad crónica que había desarrollado durante varios años. A pesar de su deterioro de salud, continuó enseñando y escribiendo hasta su muerte en 1253. Antes de morir, Dogen nombró a Koun Ejō, su discípulo más cercano, como su sucesor en Eihei-ji.

La muerte de Dogen marcó el final de una vida corta pero muy influyente. Sus enseñanzas, especialmente el énfasis en el zazen como el mismo fin de la práctica Zen, continúan moldeando la práctica y la filosofía del Zen Sōtō hasta hoy.

Enseñanzas clave y legado
Zazen como iluminación: Dogen enseñó que la práctica del zazen no es un método para alcanzar la iluminación, sino que la práctica en sí misma es la iluminación. Esta enseñanza subraya la unidad entre práctica y realización, y distingue al Sōtō Zen de otras formas de budismo que hacen énfasis en alcanzar la iluminación a través de técnicas o experiencias especiales.

Ser-tiempo (Uji): El concepto filosófico de ser-tiempo (uji) de Dogen enseña que el tiempo no es lineal, sino un aspecto del ser. Cada momento es una expresión completa y única de la existencia.

Naturaleza de Buda: Dogen enfatizaba que todos los seres poseen la naturaleza de Buda, y que la práctica del zazen permite manifestar y actualizar esta naturaleza.

Shōbōgenzō: Su obra maestra, el Shōbōgenzō, es un texto profundo y complejo que explora aspectos filosóficos y prácticos del Zen. Aún hoy se sigue estudiando en templos y universidades Zen.

Templo Eihei-ji: El templo Eihei-ji, fundado por Dogen, sigue siendo uno de los principales centros de formación para monjes y practicantes del Zen Sōtō en todo el mundo.

Las enseñanzas de Dogen sentaron las bases de lo que se convertiría en la mayor secta del budismo Zen en Japón, la escuela Sōtō, que continúa prosperando hoy en día.